La identidad de nuestras hijas un misterio por acompañar

Aumentar el conocimiento de nosotros mismos, nos permite aceptarnos, amarnos y asumir nuestra vida con responsabilidad y solidaridad.

«Reconozcamos las habilidades y capacidades que tienen nuestras hijas”

Nuestras hijas (hijos) son únicas, irreemplazables, tienes cualidades que nos sorprenden, a la vez debilidades que las hace equivocarse y generar daños. Ante estas condiciones, la vida las ha dotado de recursos para afrontar los desafíos, ellas -al igual que nosotros- se esfuerzan en estar bien con quienes las rodean y perseveran en aprenden a expresar cada vez mejor sus afectos.

Nuestro deber como padres restaurativos es esforzarnos y trabajar constantemente en conocer mejor a nuestras hijas (hijos), amarlas incondicionalmente, mostrarles todos los días lo capaces que son, recordarles que -ante los momentos difíciles o errados- siempre en su interior guardan una riqueza de valores por revelar y compartir. Acompañarlas a descubrirse es mejor que imponer lo que creemos que deben sentir, pensar, ser y hacer.

Nuestros esfuerzos, como madres y padres, serán más efectivos si brindamos las condiciones para que nosotros y ellas reconozcamos y nos responsabilicemos de la expresión de nuestras emociones y necesidades, de la manera más pacífica y solidaria posible. Así, nos reconoceremos más, ganaremos confianza y esperanzas para estar juntos, tanto en nuestras capacidades como en las limitaciones, errores y conflictos que presentemos.