¿Cuánto tarda una semilla en crecer para luego dar frutos en un frondoso árbol?
Recordemos la maravillosa espera de los meses que transcurrieron durante el embarazo viendo, sintiendo, esperando pacientemente a nuestra pequeña hija(os) crecer en el vientre materno, deseando que se llegara el feliz término. La paciencia es una capacidad que debemos trabajar y nunca perder para que las mejores cosas de la crianza sucedan.
Ahora imaginemos una situación cercana a la crianza de nuestras hijas(os), en donde el proceso se acelera y/o limita su crecimiento e inhibe su armonioso desarrollo. Al tratarse de personas -al igual que en el embarazo- pondríamos en riesgo el crecimiento de nuestra hija(os) ¿Suena absurdo verdad?
Las cosas importantes tienen procesos que toman tiempo
El mundo de hoy nos impulsa a la inmediatez y las emociones muchas veces nos inundan o nos llevan a tomar decisiones aceleradas. Lo mejor es acompañar amorosamente y pacientemente el crecimiento de nuestras hijas(os); aceptar, respetar y vivir los principios y los límites de la convivencia familiar, así como aprovechar las oportunidades de crecer juntos. La paciencia es una virtud que cultivamos y trabajamos cada día.