Cuando las emociones dominan nuestras acciones, el buen juicio está nublado. La posibilidad de equivocarnos y hacer daño aumenta exponencialmente.
Las respuestas violentas dañan a nuestras hijas(os)
Integrar a nuestras rutinas prácticas para serenarnos nos ayudará en las diferencias y conflictos a:
- Conocernos
- Reconocernos.
- Reconocer al otro, a nuestras hijas(os)
Transitaremos por las situaciones adversas, difíciles o exultantes de las relaciones, con mejor lucidez para entender las afecciones y creatividad para relacionarnos sin causarnos daños.